Infarto Cerebral

Este es un texto que me envió mi hermano que obtuvo del periódico Hoy. Considero que es algo importante que debemos saber y como manejar esta situación en caso de que se presente.

POR RAFAEL MOLINA MORILLO

Durante una parrillada una mujer tropezó y cayó al suelo suavemente.
Ella aseguró a los presentes que estaba bien (a los que se
ofrecieron llamar al médico) y que solamente había tropezado con un
ladrillo, a causa de sus zapatos nuevos. Sus amigos la ayudaron a
levantarse y le llevaron un nuevo plato de comida. Ella, mientras
tanto, parecía un poco mareada, intentó disfrutar de la reunión
durante el resto de la tarde y luego se retiró.
Más tarde el marido llamó a sus amigos para decirles que su mujer
había sido llevada al hospital, donde falleció. Había sufrido un
infarto cerebral durante la parrillada. Si su marido y amigos
hubiesen sabido cómo reconocer un infarto cerebral, quizás ella
estaría hoy con nosotros.
¿Cómo reconocer un infarto cerebral? Sólo lleva un minuto leer esto:
Un neurólogo afirma que si le llaman dentro de las 3 horas, puede
revertir los efectos de un infarto cerebral totalmente. Afirma que
el truco consiste en reconocerlo, diagnosticarlo y ocuparse del
paciente dentro de las primeras tres horas. Desafortunadamente, la
falta de conocimientos puede resultar fatal. La víctima del infarto
puede sufrir daños cerebrales si la gente que la asiste no consigue
reconocer los síntomas del infarto cerebral. Actualmente los
doctores han establecido una regla para reconocerlo mediante tres
simples preguntas:

1) Pide al afectado/a que SONRÍA.

2) Pide al afectado/a que LEVANTE AMBOS BRAZOS.

3) Pide a la persona QUE PRONUNCIE UNA SIMPLE FRASE COHERENTE (por
ejemplo... Hoy es un día soleado).

Si él o ella tiene dificultad con cualquiera de estas tres pruebas,
llama inmediatamente al SERVICIO DE EMERGENCIA y describe los
síntomas.
La mayor divulgación de este test puede facilitar un rápido
diagnóstico y tratamiento del infarto cerebral y evitar daños
cerebrales. Un cardiólogo dice que si cada uno que lee este artículo
lo difunde entre diez personas, al menos una vida puede ser salvada.

(Contribuído por Mayra Espaillat de Menicucci)